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  • Foto del escritorJosé Alaniz

Los trastornos del sueño: Cuando dormir no es tarea fácil

Actualizado: 22 feb


Los trastornos del sueño son alteraciones que afectan la calidad, la duración y el patrón de éste en una persona, lo que puede provocar dificultades para conciliarlo, permanecer dormidx o despertarse sintiéndose descansado. Estos trastornos pueden tener un impacto significativo en la salud física y mental de quienes los padecen, así como en su calidad de vida en general.


Definición


Según la Asociación de Americana de Medicina del Sueño (AASM), un trastorno del sueño es cualquier alteración en la cantidad, calidad o patrón del sueño que interfiere con el bienestar físico, mental y emocional de una persona. Estos trastornos pueden manifestarse de diversas formas, desde dificultades para conciliar el sueño hasta problemas respiratorios durante el mismo.


Origen


Los trastornos del sueño pueden originarse por una variedad de factores, tanto físicos como psicológicos. Entre las posibles causas se encuentran:


a) Factores biológicos y genéticos: Algunos trastornos del sueño, como la apnea del sueño y el síndrome de piernas inquietas, pueden tener una predisposición genética. Los desequilibrios en los neurotransmisores y las irregularidades en el funcionamiento del sistema nervioso también pueden contribuir a estos trastornos.


b) Condiciones médicas subyacentes: Enfermedades como la diabetes, la artritis, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la enfermedad de Parkinson pueden interferir con el sueño debido a los síntomas físicos que causan o a los medicamentos utilizados para tratarlas.


c) Factores psicológicos: El estrés, la ansiedad, la depresión y otros trastornos del estado de ánimo pueden afectar negativamente la calidad del sueño. Las preocupaciones persistentes y los pensamientos rumiantes pueden dificultar conciliar el sueño o mantenerlo durante la noche.


d) Hábitos de vida poco saludables: El consumo excesivo de cafeína, alcohol o drogas puede perturbar el ciclo de sueño-vigilia. Además, una dieta poco saludable, la falta de ejercicio regular y la exposición excesiva a pantallas electrónicas antes de acostarse pueden contribuir a los problemas de sueño.


e) Ambientales: Factores como el ruido, la luz excesiva, la temperatura ambiente y un colchón o almohadas incómodos pueden dificultar el sueño y provocar alteraciones en el mismo.

Es importante considerar estos factores al evaluar y tratar los trastornos del sueño; ya que, pueden requerir enfoques de tratamiento específicos según la causa subyacentes o una mezcla de ellos para un mejor resultado.


Tipología y sintomatología de los trastornos


Existen varios tipos de trastornos del sueño, cada uno con sus propias características y síntomas distintivos. Algunos de los más comunes son:


a) Insomnio: Se caracteriza por dificultades para conciliar el sueño, permanecer dormido o despertarse demasiado temprano por la mañana, lo que resulta en un sueño no reparador.


Su sintomatología se caracteriza por: Dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes durante la noche, despertarse demasiado temprano por la mañana, somnolencia diurna, irritabilidad, dificultades para concentrarse y problemas de rendimiento laboral o académico.


b) Apnea del sueño: Es un trastorno caracterizado por interrupciones repetidas en la respiración durante el sueño, lo que provoca breves despertares que interrumpen el ciclo normal del sueño.


Su sintomatología se caracteriza por: Ronquidos fuertes, pausas en la respiración durante el sueño observadas por unx compañerx de cama, somnolencia diurna excesiva, fatiga, dolores de cabeza matutinos, dificultad para concentrarse y cambios de humor.


c) Síndrome de piernas inquietas (SPI): Se caracteriza por la necesidad urgente de mover las piernas durante el reposo, lo que provoca sensaciones incómodas y molestas en las extremidades inferiores.


Su sintomatología se caracteriza por: Sensaciones de picazón, ardor, hormigueo o tirón en las piernas, que generalmente comienzan durante la tarde o la noche y empeoran en reposo, aliviadas temporalmente por el movimiento, lo que puede interferir con conciliar el sueño.


d) Narcolepsia: Es un trastorno del sueño crónico que se caracteriza por una somnolencia diurna excesiva y ataques repentinos e irresistibles de sueño durante el día.


Su sintomatología se caracteriza por: Somnolencia diurna extrema, ataques de sueño repentinos y sin control, cataplexia (pérdida súbita del tono muscular en respuesta a emociones fuertes), alucinaciones vívidas al quedarse dormido o despertar y parálisis del sueño (sensación de incapacidad para moverse al quedarse dormido o despertar).


Es importante destacar que estos son solo algunos de los trastornos del sueño más comunes. Existen otros tipos, como los trastornos del ritmo circadiano y las parasomnias, que también pueden afectar la calidad y la cantidad del sueño. La sintomatología puede variar en intensidad y duración dependiendo del trastorno y de la persona afectada.

 

Factores de riesgo


Existe diversos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar un trastorno del sueño los cuales son:


-El estrés crónico

-Los Cambios en los horarios de trabajo (turnos rotativos o nocturnos)

-El Consumo excesivo de alcohol, cafeína o bebidas energizantes.

-Trastornos mentales como la ansiedad y la depresión.

-Condiciones físicas como la gordura.

-Condiciones médicas como la diabetes.


Tratamiento


El tratamiento de los trastornos del sueño puede variar según el tipo y la gravedad del trastorno, pero generalmente incluye una combinación de enfoques tanto médicos y como psicológicos. Veamos a detalle, según las patologías expuestas con anterioridad, que podemos hacer desde la psicología:


a) Insomnio:


-Terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I), que incluye técnicas para identificar y cambiar pensamientos negativos y comportamientos desadaptativos relacionados con el sueño.


-Establecimiento de hábitos de higiene del sueño, como mantener un horario regular de sueño, crear un ambiente propicio para dormir y limitar la exposición a dispositivos electrónicos antes de acostarse.


b) Apnea del sueño:


-Utilización de dispositivos de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) para mantener éstas abiertas durante el sueño.


-Terapia cognitivo-conductual para abordar posibles factores psicológicos asociados, como la ansiedad.


c) Síndrome de piernas inquietas:


-Técnicas de relajación muscular y entrenamiento en respiración para reducir la tensión y la incomodidad en las piernas.


-Terapia cognitivo-conductual para abordar preocupaciones y ansiedades relacionadas con el síndrome de piernas inquietas, así como para mejorar la gestión del estrés.


d) Narcolepsia:


-Terapia cognitivo-conductual para ayudar a manejar los síntomas asociados con la narcolepsia, como la cataplexia y los ataques de sueño repentinos.


-Estrategias de manejo del estrés y técnicas de autorregulación emocional para ayudar a controlar los efectos psicológicos de la narcolepsia en la vida diaria.


Estos tratamientos pueden variar según las necesidades individuales del paciente y la recomendación del profesional de la salud mental.


Prevención


Para prevenir los trastornos del sueño, es importante mantener hábitos de sueño saludables, como, por ejemplo:


a) Mantener un ambiente adecuado para dormir: Asegúrate de que tu dormitorio sea un lugar tranquilo, oscuro y fresco. Usa cortinas opacas para bloquear la luz, y considera usar tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco para bloquear los sonidos molestos.


b) Limitar la exposición a dispositivos electrónicos: Evita el uso de dispositivos electrónicos como teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras al menos una hora antes de acostarte, ya que la luz azul que emiten puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño.


c) Practicar técnicas de relajación: Incorpora prácticas de relajación como la meditación, la respiración profunda o el yoga antes de acostarte para reducir el estrés y promover la relajación muscular, lo que puede facilitar conciliar el sueño.


d) Limitar el consumo de cafeína y alcohol: Evita consumir cafeína, alcohol o bebidas energizantes, varias horas antes de acostarte; ya que, pueden interferir con la calidad del sueño y causar despertares nocturnos.


e) Mantener una rutina regular de sueño: Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, para ayudar a regular tu reloj biológico y mejorar la calidad del sueño.


f) Ejercicio regularmente: El ejercicio regular durante el día puede ayudar a promover un sueño más reparador por la noche. Sin embargo, evita hacer ejercicio intenso justo antes de acostarte; ya que, puede tener el efecto contrario y dificultar conciliar el sueño.


Al adoptar estos hábitos saludables de sueño y estilo de vida, puedes reducir significativamente el riesgo de desarrollar trastornos del sueño y mejorar tu calidad de vida en general.


En resumen…


Los trastornos del sueño son afecciones que pueden afectar significativamente la calidad de vida de quienes los padecen. Desde el insomnio hasta la apnea del sueño, estos trastornos pueden tener múltiples causas y manifestaciones. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y la adopción de hábitos de sueño saludables, es posible gestionar y prevenir estos trastornos para disfrutar de un sueño reparador y revitalizante.


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